Nunca he sentido la necesidad de buscar referencias únicamente en el puro producto profesional. Es una sentencia un tanto peyorativa, pero cierta, que articula mi forma de relacionarme con la cámara desde el primer momento en el que la tuve en las manos.
Hace 6 años, en Noviembre de 2008, descubrí una entrada en W Magazine, una entrevista a Angelina Jolie que comienza con el interés de su hijo, Maddox, en las dagas y los cuchillos. Evidentemente, me hizo reír. Angelina siempre ha tenido ese punto que me llama la atención de extravagancia descarada. Pero no fueron sus palabras lo que más me hicieron levantar la ceja. Las imágenes que acompañaban el reportaje las firmaba el propio Brad Pitt, y habían sido tomadas en la intimidad de su villa de vacaciones en el sur de Francia. Una semana de vida familiar sin filtros. No podía dejar de mirar cada una de las fotografías, por lo que las añadí sin pensarlo a mi archivo.
Me apasionan precisamente por el hecho de lo mucho que me recuerdan a la fotografía que me gusta realizar.
Espero que sean de vuestro agrado.