Primera y última, sí. Así reza el título de esta entrada que es, al tiempo, un principio y un final. Es la primera, porque inauguro blog. Modifico el formato que uso para comunicarme contigo, lector. Pero igualmente, estas líneas son las últimas que he dedicado a un viaje que ya inicié hace unos años y que me ha hecho conocer lugares maravillosos y, lo que me es mas preciado, personas increíbles.

Son estas fechas las mas apropiadas para las inflexiones, creo yo. De ahí el cambio de formato, pero también para la reflexión. Días para pensar en aquellos que ya no están y desearles lo mejor, al tiempo que se celebran los nuevos encuentros y las aventuras que traerán de la mano. Pero, por encima de todo, son fechas para reconocer y disfrutar las miradas que comparten en este momento los días y la felicidad de estar rodeado de personas que aprecio, respeto y admiro.

He querido iniciar esta nueva bitácora con una imagen de Myrthe Van Ederen. Algunos, los que lleveis más tiempo soportándome, la conocereis un poco por las magníficas fotografías que siempre tiene a bién darme, pero para mí, es muchísimo más. Myrthe da forma y modela mi fotografía profesional. Ya no únicamente como imagen pública, responsabilidad para la que siempre está a la altura, sino por la excelente personalidad que me ha dado exclusivamente el desempeño de mi actividad con la cámara.

Hay vidas que han tocado la mía de una forma distina, Nana Quintero, por ejemplo, Virginia, Rocío Eri, Araceli... que también podeis encontrar en mis trabajos, que son muy relevantes a nivel creativo. Pilares del desarrollo y búsqueda de mi propio estilo. Pero son vidas que he conocido directamente y lejos de mi labor con la cámara en la mano. Myrthe, por el contrario, comenzó siendo únicamente un contacto profesional y, con el tiempo, se ha llegado a posicionar como un miembro de pleno derecho de mi alegre tropa de colaboradores mas íntimos. No la buscaba ni había muchas posibilidades de haberme cruzado con ella. Pero la cámara me la ha dado y todas las cosas hermosas con las que ilumina no únicamente mis días, sino el de todo el equipo.

Han sido personas como ella las que me han permitido evolucionar mi fotografía en un entorno que me era novedoso y desconocido, como es la fotografía de moda y publicitaria. En estos últimos 4 años he aprendido mucho, y apenas siento el haber arañado la superficie de un mundo lleno de posibilidades y misterios, aun sin perder de vista mi gran pasión, que es el retrato social y de carácter.

Hoy miro con alegría el año que termina. Ha sido durísimo. Todos lo hemos pasado realmente mal con la situación económica del pais, pero mal que bién, remontamos y seguimos adelante. Así pués, en un 2013 en el que todo indica deberíamos pensarnos muy seriamente la locura de salir a por nuevas aventuras, realmente a mí no se me ocurre una cosa mejor que hacer.

Pero bueno, eso quizá se deba a que estoy rodeado de las mejores personas que este mundo puede ofrecer y, aunque son humildes (algunas a su manera), hay talento, fuerza, belleza y energía de sobra en todas y cada una de ellas como para sentirme respaldado allá donde vaya. Después de todo, la vida tiene tesoros increibles, y lo mejor de esta vida es encontrarlos. Hay que salir a por ellos.

Felices fiestas, feliz 2012, os dejo con la primera y la última fotografía que Myrthe me ha dado. En la primera, una muy costipadísima cara nueva me llamó la atención entre la multitud. No era la mas alta, ni la que me trataba con mas amabilidad. No era la mas cercana ni la que deseaba cosas de mí. Era la que había ido a trabajar, y eso lo guardé en mi pequeño libro de los agravios porque realmente me impresionó bastante ese día. Ha pasado el tiempo y, en cierto sentido, hemos crecido juntos estos años, y mi deseo es que sigamos así muchísimos más. Como a ella, mi agradecimiento personal y mas sentido a todos aquellos que siempre, pase lo que pase, estais ahí animándome, aguantándome, zarandeándome y, en algunos casos notables, saqueándome la cocina. La vida es buena precisamente por teneros en ella!

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