Si hay algo que define a una persona son las relaciones que establece. Y no me refiero únicamente al hecho de compartir la vida con parejas, amigos, conocidos o familiares. En mi caso, una de las experiencias mas maravillosas que he podido disfrutar, sin duda ha sido la llegada de la pequeña #lunachan a mi vida. No únicamente por el estallido de energía diario, sino porque se ha convertido muy rápidamente en el centro del estudio, siempre tan dispuesta a una buena fotografía como yo a dársela. Supongo que, lo apropiado es decir que nos hemos acoplado muy bién el uno al otro.

Supongo que cualquiera que se haya pasado por mi Instagram se habrá percatado que soy más de permitir que ella ilustre mis propios estados de ánimo que yo mismo. Y es cierto, basta mirarla para saber en qué está pensando a cada momento. Ella es compañera, amiga, alborotadora de cables, perseguidora de cualquier peluche volador que haya en casa y responsable de más del 80% de los pelos rubios que se pueden encontrar en mi casa, estudio, coche, ropa, cabello y cualquiera que tenga contacto conmigo. Y es quien ladra cuando alguien me dispara en el Battlefield! Lo digo porque con los cascos se oye todo por ahí...

A menudo me cruzo con personas que me transmiten el deseo de tener buenos recuerdos de sus mascotas, y no es raro el caso de encargos específicos al respecto. Me siento muy honrado cuando alguien deposita en mí su confianza para crear una colección de imágenes que muestren el vínculo especial que se establece entre ello.

Os dejo aquí con algunas imágenes mas antiguas de mi #lunachan, el "Diminuto misil blanco", casi a su llegada a mi vida y con otras de #noahsama, su madre, que ya conocía desde hacía algún tiempo y que, ocasionalmente, se une a mi pequeña banda de piratas. Espero que os gusten tanto como a mi.