Hace unos días, me volvieron a venir con la historia rocambolesca de que existía una manera mágica de subir de Fans en la página de Facebook. Reconozco, que me tiré a la piscina con un "¿Comprándolos?" y claro, como siempre pasa, me estrellé contra la nueva picaresca.
Debo reconocer que la idea sonaba, en principio, interesante. Fusionar el perfil privado y el público. En principio, es como es Santo Grial. Después de casi una década en la que mucha gente iba cultivando amigos como el que gana puntos en un juego de ordenador, la posibilidad de trasvasar esa ingente cantidad a un número radiante de likes con el que darse autobombo es... tentadora.
Pero claro, ahora viene la letra pequeña. Que si hay que perder lo subido anteriormente, espera, espera... a mí me gusta mi vida, tanto que no me molesta tener separados los diferentes aspectos personal y profesional de la misma. Y prefiero que sigan como están, por lo que ya no me suena tan bonito. Bueno todo esto dicho por si por alguna causa esta práctica entrase en mi idea de la ética, no olvidemos que cuando alguien se hace mi amigo, no creo que lo haga por mi trabajo, y quien lo hace siempre se encuentran un cartel informando que este último lo subo a mi Fanpage que, por cierto, aquí os dejo:
Por lo demás, tengo una vida personal que me apasiona y no me dá la gana de de perder. Eso, por no decir que creo estaría causando una especie de fraude virtual en plan, oid chicos, que solo quiero de vosotros que me subais Likes, thanks. Gracias por ser un número. No, esto no va conmigo. Ser seguidor de mi página debería ser una decisión que tome el individuo, no yo por él.
Así pues, y sin acritud gracias pero no gracias, Facebook. No me veo como aprendiz de brujo, sé lo que ocurre cuando alguien tiene la idea genial de poner a las escobas a trabajar. Es una idea que puede ir bien a empresas que se crearan antes de que se pudiese acceder a los perfiles profesionales, para personas que tengan una forma de pensar distinta de la mía o para quien guste de especular con las personas. Para mi, cada nombre que hay en mi lista de contactos personal es una vida que me importa por lo que es, no por lo que me puede aportar de cara a la galería.
Esto no es nuevo, recuerdo que me pasó lo mismo con lo de los sorteos y los concursos para subir de Fans y eso me regaló muchas horas de encendido debate con algunos compañeros y amigos cuyos argumentos, aunque nunca me convencieron, todavía hoy me parecen perféctamente razonables y comprensibles pero, sencillamente, yo soy de los que piensan que mi rumbo lo debe decidir el lugar al que deseo ir, no la dirección en la que sople el viento a cada momento. Eso lo sabe bién quienes cargan la cruz de sufrirme en directo. Por lo tanto, si me conoces en persona o tienes interés en saber quien soy en mi vida en zapatillas, entiende que eso no es un proceso automático. Me doy mis tiempos a la hora de decidir a quien permito entrar en casa. Sin embargo, si lo que te interesa es mi faceta profesional, o mis paranoias cámara en mano, te invito a que pinches en la imagen de arrba y sigas mis desventuras en mi página, puede que encuentres algo que sea de tu interés.
Un saludo y buenas noches.