Una de las disciplinas fotográficas que más me apasionan es el retrato. Especialmente, el retrato de carácter. Las personas son únicas y especiales, pero casi siempre, hay elementos que las normalizan y ocultan precisamente aquello que las hace mas atractivas.

Hace tiempo descubrí que si lo que normalizamos son las condiciones, y quitamos aquello que únicamente puede distraer, la verdadera esencia de una personalidad aparece y se puede constatar. Es por ello que hace un tiempo vengo realizando estos retratos. Quizá, ahora que los veo en conjunto, tengan un poco de Irving Penn, al menos en su ejecución. Pero tampoco me preocupa, le debo mucho a su excelente trabajo, y me gusta que también el tenga su parte de protagonismo.

En las fotografías de mi galería Caractér, como me gusta decir, no hay posados, sino paciencia. El tiempo preciso para esperar a que la verdadera mirada salga a la luz.

Como siempre hago, la iré renovando con el paso del tiempo, reordenando. Ya veremos a donde me lleva. Las personas que aparecen en ella son de todo tipo. Modelos, personas que conozco, encuentros casuales en la calle. La vida no se controla, y las etiquetas no son necesarias en un trabajo como este. Todos ellos saben que tienen mi mas sincero agradecimiento por su confianza. Me honran con ella.